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La Diferencia

Necio

Necio

Siempre canturreo estas estrofas cuando echo a andar.
Lo haré hasta que me las crea del todo. Hasta que las haga mías.


"Para no hacer de mi icono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares,

me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
me vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.

Yo no se lo que es el destino
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví."


Silvio Rodríguez. El necio.

Terapia de pareja

Terapia de pareja

Escritura automática por turnos:

Ojos – cara – labios – beso – muerte – vida – agua – mar – sal – patatas – bolsa – compra – acciones – bolsa – parqué – inundación – balsa – barco – vela – noche – luna – playa – arena – sexo – condón – sexo – condón – sexo - condón.

En colores

En colores

Los días de trabajo, entre semana, todo lo veo en blanco y negro. Los colores los descubro cuando viajo. El azul del cielo y el mar es el fondo, el amarillo del sol es el percutor de la vida, y el rojo que manchan mis manos es el que cincela los pequeños detalles. Y cuando termina el viaje y llego cansado a mi último destino, antes de abrir la puerta, miro hacia atrás y el viejo horizonte me hace un resumen de todos los colores; quizá de toda la belleza. Ahí me siento pleno.

Y al trigésimo día,

Y al trigésimo día,

...resucitó.

Ahora que lo preguntas

Ahora que lo preguntas

Que quién soy me preguntas mientras clavas
Tu mirada oscura en mi simple mundo.
Pues no sé, te respondo mientras hundo
Mi ojo tenebroso en tu aura.

No soy un extremo ni un medio,
No soy el mejor ni el peor de tu especialidad.
Ni viajero ni guerrero,
No soy el guardián de tus sueños ni tu realidad.

Ni implacable, ni conciso,
Ni odiable, ni sumiso,
Ni constante, ni querido.

Ahora que lo preguntas, me conformo con ser
La tarde que se vuelve noche que quiere llegar al amanecer

No me llames por mi nombre,
No me llames como igual, ni canto del sopor.
No me llames si no me oyes,
No me llames el consorte que el siglo te dio.

Ni me odies, ni me mientas,
Ni me pones, ni me entiendas,
Ni me roces, ni me vendas.

Ahora que lo preguntas, me conformo con ser
Un viento que se vuelve beso que quiere llegar a hacerte el amor.

El manuscrito

El manuscrito

"Mi delirio provocó el cambio del lugar donde habita la luz del miedo. En la oscuridad puedo reconocer que sin sufrimiento no se encuentra la verdad, absoluta verad como una gota de rocío en mi jardín interior. El presente es una obsesión roja, con aroma a cloaca, provocada por la sinrazón meditativa. Tenéis que dejarme salir de este maldito mundo. La muerte como única salida. Un beso suyo como la resurrección. Te amo como nunca te ha amado nadie. Espero no estar presionándote. Lo siento..."

Y ahora os descubro datos:

El autor de este texto estaba internado en un psiquiátrico cuando lo escribió. Yo se lo robé de su carpeta naranja. A los pocos días se suicidó y no me atreví a confesar mi pequeño delito, por si las moscas. Bueno,... en realidad, no lo robé yo, lo hizo otra persona hace 114 años en otro lugar. Y yo descubrí el manuscrito al investigar la historia familiar de un apellido. Y al autor desquiciado se le considera un genio de las letras, pero no se le conoce obra de su última etapa en el manicomio. Bueno,... en realidad, esta historia le pasó a otro, no a mí. Otro fue quien descubrió este texto, el cual forma parte de la mítica obra de un estrafalario escritor, cuyo convulso nombre aún no os he desvelado. Bueno,... también es posible que todo o parte de lo que acabo de relatar sea fruto de mi conmocionada invención.

Decidme, ¿cómo se distingue lo que es arte de lo que no lo es?.

Interrogatorio

Interrogatorio

1) En este mismo instante me encantaría tener...
Una potencia de vida descomunal.
2) De pequeño/a mi madre siempre me decía...
Tú es que eres tonto o no sé lo que te pasa.
3) Cada vez que me miro en el espejo pienso...
Debería hacer más ejercicio, debería dormir más horas, debería cuidar mi imagen... bah! que me quieran por mi interior!!
4) Quién habría imaginado que...
A veces las cosas se complican de tan imposible manera.
5) La gente suele decirme que me parezco mucho a...
Un extraterrestre.

Betty me interroga cada siete días

Roscón de Reyes

Mark Ryden


(Señalado por Dos dedos)


* Almu se siente presentadora de telediario y Caperucita.

* Hay que echar una mirada oblicua todas las semanas.

* Mi boli Bic ha dejado de escribir, para dedicarse a la limpieza de la red: ahora es Trapo. Nos trae un artículo sobre Carteles contra una guerra donde encontramos War, Iraq Poster Exhibition. Dentro de esta página he encontrado un montaje que puede herir ciertas sensibilidades, pero creo que es necesario recordar.

* ¿Quién nos trae los regalos de Reyes?: La no mujer 10 nos trae Legato y Snowglobe; Alexqk, una pesadilla de una bola de billar; y Antonio, algo para todos.

* Una frase con alas y balas: "Si un hombre atravesara el Paraíso en un sueño, y le dieran una flor como prueba de que había estado allí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano...¿entonces, qué?". S.T. Coleridge. Y otra perdida en la oficina: "Por vivir experimentando la felicidad simultáneamente con la angustia de su pérdida, nunca habremos existido realmente." Alejandro Jodorowsky.

* El primer VideoPost de la historia.

* Charles Chaplin fue El gran dictador.

* Por fin, ya sé lo que significa geek. Me parezco en tantas cosas...

* Los No-Regalos:

Carlito´s Circus


Carlito´s Circus

Oniri-nation

Oniri-nation

"El caos es un orden por descifrar." Libro de los Contrarios.

"No te dejes engañar, el sentido común es demasiado común para ser realmente sentido, en el fondo no es más que un capítulo de la estadística, y el más vulgarizado de todos." El hombre duplicado. José Saramago.

Los cielos de Dalí son el escenario perfecto de un sueño. Los elementos que esparce por sus cuadros (relojes, elefantes, cisnes, personajes) son símbolos de sueños. Sueños que a su vez son símbolos de realidades del subconsciente. Pero el azul de su cielo es realmente el color de las paredes de un sueño. Azul infinito y opresivo.

De enredos y otros ovillos

De enredos y otros ovillos

Si a la cuerda le hago un nudo, el ocioso que venga detrás otro le hará, y así sucesivamente hasta que de cuerda se convierta en bola anudada, que en lugar de atar, lo más que pueda sea rebotar de vez en cuando.

Si digo RATÓN en vez de VACA, pero le pinto cuernos y ubres, pero sigue pareciendo un RATÓN, todo el mundo creerá que es un RATÓN, excepto mis dos amigotes a los que les insinué que miraran las ubres desproporcionadas no como una deformidad sino como un símbolo de VACA.

Si me vistes despacio porque tengo prisa.

Si me das la vida, pero me sabes a muerte. Si daría mi vida, pero no tengo una causa perdida que me legitime. Si la vida me mata y andar bordeando la muerte me revitaliza.

Si te enrollas en vez de desplegar velas.

Si ocultas tu amor detrás de circunloquios perifrásticos imposibles de descifrar...

Si todo esto nos pasara, hemos de tener paciencia para desenredarnos del lío en que nos hemos metido. Salgamos a la palestra y hablemos claro.

Estacional

Estacional

Ayer tenía tiempo libre, y cuando presentí que se aproximaba el atardecer, empecé a correr hacia el oeste. El refulgor de colores que había visto otras veces que se formaba en el horizonte, me seducía sobremanera. Quería capturar al sol cuando estuviera a ras de suelo, allá en el límite, donde la tierra se une con el cielo. Pero a pesar de mi galope veloz, el astro se me escapaba, me costaba seguirle el paso por entre la selva de asfalto. Cuando no había ni salido de la ciudad, el sol ya había desaparecido. Quizá si hubiera estado preparado en Finisterre o quizá si hubiera cogido un transatlántico. Algún día... Cuando sea mayor y los días sean más lentos...

Y es que aún es invierno. El día se va muy pronto y la noche es gélida y autoritaria. Cuando el tren vaya aproximándose a la Estación Primavera, habrá un indicio que me lo hará saber. Si la somnolencia me cierra los ojos, el sol de la tarde les dará calor y a través de mis párpados veré un telón naranja recorrido por ínfimas y veloces varas de oscuridad. Entonces entreabriré los ojos llorosos para dedicarle una sonrisa de bienvenida a la Primavera.

Idas y venidas

Idas y venidas

Vienes con gesto demente, con aire ausente,
con muy poca gente, con voz indiferente,
con todas las palabras ocultas en los ojos.
Casi puedo decir que vienes igual que vengo yo

Vienes como yo y dices que vienes para encontrarme
que vea mi imagen en tu semblante
siento decir que te equivocaste.

Vengo con gesto demente, con aire ausente,
con muy poca gente, con voz indiferente,
con todas las palabras ocultas en los ojos.
Casi puedo decir que vengo igual que vienes tú

Vengo como soy y sigo buscando para encontrarme
y no vengo por ti, sino por ella
que trae todo, menos con lo que yo venga.

Oniricidio

Oniricidio

Quiso ser el más famoso, el más admirado y el más querido entre el gentío. Como no sabía en qué faceta de su rica personalidad podría triunfar más fácilmente, decidió abrir varios frentes.

Comenzó una bitácora como si la escribiera una chica neurótica, otra como un romántico misterioso, otra como un bohemio excesivo y trotamundos, otra como una abuela moderna, otra como un adolescente tribal, otra como un técnico en obsesiones informáticas,...

En su vida real, sólo se le planteo un problema con su mujer: cuando ésta descubrió su capacidad multi-social, quiso que practicara en la cama esa versatilidad de personalidades. Esto le supuso gran derroche de tiempo y esfuerzo que le retrasaban en la consecución de su propósito. Pero pudo con todo.

Conforme avanzaban las semanas, nuestro protagonista iba eliminando las bitácoras con menor aceptación y se concentraba en redactar y perfeccionar las que tenían mejores estadísticas de visitas.

Pero hubo un hecho que le hizo cambiar el sistema: uno de sus proyectos, la “bitácora del depresivo”, ganó mucha popularidad cuando empezó a describir con todo detalle sus planes de suicidio, abocados por una racha de desamores profundamente hirientes. La audiencia se disparó gracias a los morbosos y a los desinteresados promotores de la campaña “Salvad al depresivo”. Por fin había conseguido la fama que tanto ansiaba, por lo que se dedicó en mente y alma a redactar el diario de ese depresivo imaginario.
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La policía descubrió el entramado virtual que giraba alrededor del director financiero que se había tirado desde lo alto de la grúa de la constructora que regentaba. Concluyeron en su informe: “Ante las investigaciones iniciales, se observa una estrecha correlación entre el suicidio del finado y el de su personaje de ficción. Lo que no queda claramente comprobado es si la consumación del suicidio fue consecuencia de que se creyera demasiado el personaje que había inventado o porque no pudo soportar ver cómo lo único mágico que había conseguido crear en su vida lo había destruido un hijo de su propia miseria enfermiza”.

Aivadios, qué vergüenza!!!

Aivadios, qué vergüenza!!!

Estaba mirando las musarañas, cuando me percaté de que el profe me estaba observando. Qué vergüenza!

Aunque siga sus clases todas las semanas, José Luis sabe que no se me da muy bien su materia. No domino la técnica. Por eso, estoy aún más agradecido de que me mencione, porque sí comparto, gracias a gurús como él, la ilusión y la pasión por la blogosfera.

Aivadios, que no se me bajan los colores!!! ¿Y ahora qué escribo?

Una señal

Una señal

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La otra noche soñé que apostaba todo mi dinero al número 18 en la ruleta del casino y ganaba un fortunón.
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A los dos días, el "Emperador" me trajo este décimo.
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Con una coincidencia tal, no puedo dejar el tema de la lotería.
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Esta vez sí, creo que voy a ser yo.
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Suerte a todos. Especialmente, a mí.
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Atmósfera impresionista

Atmósfera impresionista

Ese día tomé las nuevas tecnologías e investigué sus raíces etimológicas hasta llegar a una ciudad.

Cuando el ocio me encuentra en ciudad nueva, busco sistemáticamente su casco histórico y procuro no salirme de sus dependencias en un buen rato. Sin embargo, en esta ciudad-encrucijada (¿parezco Calvino?) me pasó lo contrario: caí en las redes de lo antiguo y no me soltaban, fuese cual fuese el lugar hacia donde me dirigiese.

Sus gentes se asemejan a robots. Pisan los adoquines como si fueran astronautas, desaparecen y aparecen en sorpresiva tromba como un Guadiana coagulado, apagan los semáforos para cambiar de acera, y usan todos el mismo perfume: atmósfera de gingoro. Fijaos hasta dónde llega su singularidad que hasta paren dibujos animados en vez de hijos.

De día, las cigüeñas resguardan los cielos impresionistas. De noche, todos repostan: Isidro, un ajoarriero. Y en la plaza se oía un añejo violín gitano llegando al límite del agudo.

El buen aprendiz de juglar debe aprender a caminar. Ni corriendo, ni parando, ni con itinerarios prefijados, ni resabiendo. Sólo tiene que llevar consigo la curiosidad infantil y un caza-sensaciones. Tiene que recorrer las calles nuevas, una y otra vez, hasta que ellas mismas le inviten a ser parte del camino.

Empecemos...

Empecemos...

* Ocostoya me descubrió a Hoobastank: Out of control.

* La Vida. Gracias Aura.

* Terra incógnita.

* Ya he hecho mi regalo a Eva, que dice no saber que fui yo (no se lo digáis aún). ¿Dónde está mi regalo?.

* Magia navideña en eCuaderno: Itaca y El sueño de una noche de San Juan.

* Realidades en Escolar.net: Terremoto en Irán y Visión del 2000 desde un periódico de 1932.

* Paseando por Jardín 1003 encontré una cebolla.

* El paso del tiempo. (Vía: Minid.net).

* Muza nos manda su particular felicitación.

* Ya me han echado. A la primera de cambio... Qué ruina... En fin: Veo una vida nueva... (Vía: IdeaSapiens).

* Una bitácora con mucha miga: Ledaweblog: Inteligencia artificial, blogmoda, automóviles...

Anuario 2003.

Anuario 2003.

- 3.642 besos (aunque haya alguna acaparadora).
- 968 abrazos (356 por la espalda).
- 344 orgasmos (289 coitos).
- 7.621 cigarros (desde el día 16, ninguno).
- 57 cubatas, 193 cervezas y 3 porros.
- 4.310 euros netos de gastos e impuestos.
- 19 canciones compuestas y 68 artículos en mi bitácora.
- 365 días con sus 365 noches.
- 22 lugares descubiertos.
- 107 personas conocidas (74 olvidadas).
- 23.638 km recorridos.
- 1 sol, 1 luna, 1 mundo y 2 mares.
- 62 películas vistas, 1854 canciones escuchadas, 13 libros leídos y 1.014 horas de conexión a la red.

En este año 2003, me gustó cómo aproveché mi vida en los momentos de lucidez. Objetivo para el 2004: conseguir estar más tiempo lúcido.

Felicidad para vuestros nuevos proyectos.

Reverencias.

Tercera persona del singular

Tercera persona del singular

Sí, el juglar lo hace.

Hablar en tercera persona de uno mismo queda muy poético, pero propicia el deterioro mental. Además, corres el riesgo de que te acusen de ególatra, altivo o pedante, lo cual me da absolutamente igual desde que leí a Nietzsche despotricar contra la humildad que heredamos de la cultura cristiana.

Quizá lo hago porque no encuentro mi identidad y al ser un producto disperso de las influencias externas, hablo de un ente indefinido extraño a mí. Como si el sarcasmo de mi abuelo corroyera en mis bromas, como si el viento de esta ciudad helara mis palabras, como si la patada que me dio Rubén en el recreo de Parvulitos se doloriera en mis canciones.

Locke dijo que " cuando un niño puede verse a sí mismo desde fuera, como si fuese otra persona y puede hablar en tercera persona de sí mismo, ahí empieza el pensamiento humano". Es decir, que este destierro del "yo" en mi discurso es un síntoma de que me pienso (o le pienso, quizá).

Julio César cuando vini, vidi,vinci a las Galias de Astérix; Lázaro de Tormes cuando hablaba de la felicidad del vino cayendo por el agujerito del jarro; Aida de Gran Hermano en los corrillos de la vergüenza nacional (¿por qué no se quedan Sardá, Boris y Latre solamente y echan a todos los demás?). Todos ellos hablan en tercera persona. Al igual que juglar103 que se distancia en la redacción para subirse a los pedestales que merezcan vuestra admiración.

Sabemos de bitácoras que también abusan de la prepotente tercera persona, pero preferiría que lo reconocieran los propios culpables. ¡Reconocedlo! ¡Ahora!!!.

Carta de desamor

Carta de desamor

Zaragoza, a doce de junio de dos mil cuatro.

16:47

Parece que cuando empuño un bolígrafo para enfrentarme al vértigo de una hoja de papel en blanco con todo por decir, empiezo hablando de la desorientación vital. Y es que emborronarla de las oscuridades que atormentan el alma es descubrir su pequeñez y encontrar los claros caminos a seguir. Pero hoy empiezo desesperanzado. Porque hoy no confío ni en el poder de la poesía.

Me llegó la hora, Mararía. Siempre me advertiste que nunca había conocido el amor de verdad y que algún día llegaría mi hora. Que fueron dulcísimas mis historias remendadas de poesía en los jirones, pero no hundió la estaca profundo Cupido. Era difícil aceptarlo, Mararía, porque sabes que el fin de mis esfuerzos siempre ha sido y será aprender a sentir los resquicios y las grandezas de la vida en su máxima plenitud. Y finalmente, llego ese momento. Y la herida ha sido demasiado profunda y mortal. Mortal en el sentido de que murió mi ilusión de vivir que con tantos cuidados mimé. La quiero con todo mi ser, Mararía. Y es el sentimiento más destructivo que jamás encontré. Me aterroriza.

¿Teorizamos sobre el amor, Mararía? ¿Hacemos como si estuviéramos frente a frente con nuestros respectivos pacharán y café con leche con su chorrito de baileys, construyendo sentencias inapelables sobre los temas imposibles de matematizar?

Te diría cosas como que si él/ella ama a ella/él en amor no correspondido, ella/él se sentirá:

a) Humillada/o porque no fue capaz de enamorarlo/a, y se alejará con una herida.

b) Confundida/o, porque lo que está claro es que deben amarse, y se acercará con una cara imperturbable después de la primera llantera nerviosa, y negará su cordura. Así, hasta que tarde o temprano (dependiendo de la amplitud pasional que posea) pasará a la etapa a).

En fin... Este es un desamor de libro. Un dolor que se borrará pronto o que quedará como una espina de nostalgia. Solo los cobardes de la vida, no sabrán reponerse de este episodio. Pero, Mararía, éste que padezco es el desamor más terrible que podía temer. ¿Sabes el por qué? Porque no lo entiendo. Ella y yo. Nos amamos con pasión y nos queremos con ternura. Y aunque todos los enamorados lo digan, no puedo imaginar que exista un amor más puro y verdadero. Porque cuando vivimos momentos juntos, construimos las definiciones de vivir. Cuando viajamos, definimos viajar. Cuando hacemos el amor, lo definimos. Cuando cenamos en algún garito, cuando en la distancia nos mandamos mensajes que acaloran la atmósfera, cuando nos susurramos antes de dormir abrazados, ella envuelta en mi cuerpo... Y he olvidado todo lo demás. Todo gira alrededor de las cercanías de su cuerpo.

Yo la amo con locura y siento que ella también me ama con todo su corazón. Lo noto. Entonces, ¿cuál es el problema?, preguntarás. Pues de verdad que no lo tengo muy claro. Pero estos seis meses han sido los más horribles de mi vida.

Imagínate lo que es vagar por el paraíso y a las pocas horas ser martirizado en alguna celda encadenado. Pasar del vapor al hielo. Sí, nos amamos. Pero el amor se crea de dos cuerpos con dos vidas. Muy antagónicas. Porque ella es lo que siempre odié.

Nuestra relación en secreto por los engranajes de la sociedad que no permite vernos amándonos. Como si fuera una vulgar mentira.

Es el peor desamor, porque es absurdo.

Ahora me gustaría cantar como los izquierdistas que nunca decaen, que la canción siempre está en lo alto. O ser como las enciclopedias de los aburguesados que hacen ciencia de su subjetivo bienestar.

Es absurdo que cuando encuentras el amor de tu vida, ese en el que nunca tuve fe como tienen otras almas más optimistas, no sea feliz. Soy desgraciado. Porque cuando ella pone distancias entre nosotros, me arde la ansiedad del olor de su cuerpo en llamas, y cuando estamos juntos se pierde mi ilusión por entre los laberintos de sus mentiras, su falta de humanidad y los muros de la vida en la que no hay sitio para mí.

Pero al llegar los silencios de la noche, sedando la vorágine de la bestia, saca una mirada de cielo nocturno estrellado que me brinda como si solo fuera de mi propiedad. Y esa mirada es la cadena que me ata a la destrucción. Esto no es amor. Es desamor locamente enamorado.

Me dirás, Mararia, que realmente lo que vivo es un amor intenso. Pero me niego a creer que a este infierno de sufrimiento se le llame con la palabra bella por excelencia. Por eso le llamaré desamor. Por ser lo contrario a lo que esperé del amor.

Quizá lleves rato intentando hacer apuestas sobre quién podrá ser la chica de la que te hablo. Y tal vez no lo entiendas, pero todo lo que te cuento aun no ha pasado. Esa relación va a comenzar en breve tiempo. Y será contigo. Esta carta que escribo medio dormido, es una pesadilla de los conformistas de la vida. Mañana al despertar empezará nuestro proceso de enamoramiento. Pero esta carta de certidumbres inexplicables alguien la habrá quemado durante mi sueño. Solo quedarán de ella ciertas cenizas que arrastraré junto al jubiloso amor.

Dicen que en las guerras todas las partes son perdedores. Pero no se deja de luchar. Hay algo más importante que el deseo de ganar: dar sentido a la vida con una lucha.

Parece indicado, Mararía, dar término a esta carta de desamor enamorado como el final del cuento que te susurraré después de hacer el amor entre los resplandores embrujados de las velas y el aroma del incienso. “Y desde entonces siempre se oye decir que el Amor es ciego y la Locura son sus ojos”.

Reverencias.