La subjetiva historia
La historia es una asignatura que deberíamos tener siempre muy bien aprendida, porque mediante el conocimiento de la evolución de las culturas podemos llegar a comprender o contextualizar los hechos actuales que destacan en el mundo, el origen de las características de nuestra sociedad y nuestra propia identidad.
Sin embargo, hay que tener una postura muy escéptica a la hora de enfrentarnos a ella, si nuestra querencia es entendernos un poco mejor (más que justificarnos). La historia nos la cuentan, en un extraño boca a boca, y aunque muchas veces nos parezca que solo nos llega como una sola verdad, en realidad tenemos muchas versiones de una misma historia.
Sabemos que los regímenes totalitarios controlan y manipulan la información que llega al pueblo. Sabemos que los medios de comunicación están sesgados hacia la inclinación política del poder político o económico. Sabemos que un independentista vasco dará a su hijo una versión de la historia peninsular ostensiblemente diferente que la dada por un padre que aboga por la unidad de España. Sabemos que las derechas ensalzan la política como motor de la historia, y las izquierdas, la economía.
A un pensador le oí una vez decir que era un error negligente tomar todas las partes de una ideología y aceptarlas en bloque (como solemos hacer la mayoría). Si reflexionáramos como es debido, aceptaríamos unas ideas del bloque, otras no y de algunas dudaríamos. Incluso aceptando ideas sueltas de bloques enfrentados en algunas ocasiones.
Sabemos que intentar conocer la historia es básico para entender nuestro lugar en el mundo. Pero que también debemos aprender a escuchar todos los puntos de vista, aunque sea posible que contradigan nuestras propias ideas. Es más, tened en cuenta que puede que la versión cierta nunca llegue a nuestros oídos.
Sin embargo, hay que tener una postura muy escéptica a la hora de enfrentarnos a ella, si nuestra querencia es entendernos un poco mejor (más que justificarnos). La historia nos la cuentan, en un extraño boca a boca, y aunque muchas veces nos parezca que solo nos llega como una sola verdad, en realidad tenemos muchas versiones de una misma historia.
Sabemos que los regímenes totalitarios controlan y manipulan la información que llega al pueblo. Sabemos que los medios de comunicación están sesgados hacia la inclinación política del poder político o económico. Sabemos que un independentista vasco dará a su hijo una versión de la historia peninsular ostensiblemente diferente que la dada por un padre que aboga por la unidad de España. Sabemos que las derechas ensalzan la política como motor de la historia, y las izquierdas, la economía.
A un pensador le oí una vez decir que era un error negligente tomar todas las partes de una ideología y aceptarlas en bloque (como solemos hacer la mayoría). Si reflexionáramos como es debido, aceptaríamos unas ideas del bloque, otras no y de algunas dudaríamos. Incluso aceptando ideas sueltas de bloques enfrentados en algunas ocasiones.
Sabemos que intentar conocer la historia es básico para entender nuestro lugar en el mundo. Pero que también debemos aprender a escuchar todos los puntos de vista, aunque sea posible que contradigan nuestras propias ideas. Es más, tened en cuenta que puede que la versión cierta nunca llegue a nuestros oídos.
4 comentarios
juglar103 -
El Camaleón -
Aura -
Malaa -