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La Diferencia

El creador de tiempo

El creador de tiempo
Le pedí al oráculo poder para crear tiempo.

Cierto domingo, en mi habitual paseo mañanero para comprar el periódico, mientras esperaba junto a una papelera roja a que el semáforo me dejara cruzar el paso de cebra, tuve una sensación extraña. Fue como si coches y peatones deceleraran su movimiento. Creí que me estaba mareando, pero todo volvió en seguida a la normalidad, cuando me moví. No me percaté en esos momentos, pero ese domingo se me hizo tediosamente largo. El domingo siguiente, durante la misma espera al lado de la misma papelera roja, noté el mismo desvanecimiento, sin embargo me quedé inmóvil esta vez, como cuando te das cuenta que estás soñando pero consigues permanecer en el sueño sin despertarte. Las personas caminaban cansadamente, los ruidos se distorsionaban, el oxígeno entraba con dificultad en mis pulmones. Cuando transcurrido unos minutos volví a andar, todo pasó. Ese día entendí lo que estaba ocurriendo. Terminé de comer cuando el resto de mi familia estaba casi empezando, y cuando el reloj del salón marcaba las 18:00, me entró un cansancio terrible y no pude evitar acostarme a las 20:00. Me desperté a las 03:20, más fresco que una lechuga.

El descubrimiento se convirtió entonces en una perversión adictiva. Todos los ratos libres que podía los invertía en permanecer junto a esa papelera roja. Sólo tuve que tener cuidado en adaptar la nueva velocidad de ritmo vital a mis horarios de trabajo. Por lo demás, todo fue sensación placentera de poder: tenía todo el tiempo del mundo para hacer lo que me viniera en gana.

Ahora, cuando mi vida está en sus últimos coletazos, la única cosa que siento es que solo haya podido disfrutar del primer año de vida de mi hijo. No me queda más vitalidad para verlo convertirse en un hombre. Eso sí, este, su primer año, lo he disfrutado por toda una eternidad.

2 comentarios

juglar103 -

Infinitos no-hay-de-qués.

taro -

Y yo tambien he disfrutado. Gracias eternas.