Blogia
La Diferencia

Empezar a escribir

Empezar a escribir Tengo que escribir. Darle vueltas a la cabeza y parir las mejores ideas que se hayan conocido jamás. Aunque los días se constipen de rutina. Aunque los roces mal recibidos vayan limando la ilusión pueril. Aunque las contradicciones del mundo me hagan perder la fe, y cuando encuentro la fe solo puedo/debo tenerla en el mundo. A pesar de todo, tengo que sacar la fuerza necesaria. Quiero escribir.

Estoy harto de proyectos adornados con guirnaldas de cementerio, que saben a muerte antes de nacer.

A lo mejor solo tengo que aporrear espasmódicamente las teclas. Y dale, y dale, y ya está.

Hasta ahora solo he escrito canciones. Quiza porque sé aproximadamente hasta cuándo tengo que escribir. Pero al salir de ese amoroso cerco, y entrar en la infinitud de la hoja en blanco, me mareo. Para colmo, con esto de las nuevas tecnologías ¡LA HOJA YA NO TIENE FINAL!

Aunque, pensándolo bien, no sé para qué leches me empeño tanto en escribir. ¡Si no lo tengo en mi naturaleza! No soy como otros que lo necesitan verdaderamente. Escriben porque necesitan desembarazarse de sus ideas. Porque necesitan ver impresos los hijos de su mente. Pero yo no soy así. Será que quiero hijos, pero sin futiles tentativas. (Errónea comparacion, lo sé).

Me da que este nuevo proyecto no se va a parecer a las bitácoras que tanto admiro. Tengo que explicarlo todo, no puedo con las metáforas cannábicas. Por lo menos, no se me mencionará en esas páginas que hacen crítica de weblogs, como uno de tantos con complejo surrealista, sin arte ni significado.

Como decía, necesito una buena idea para empezar a escribir...

En fin, mañana continuaré con la hoja infinita.

0 comentarios