Historia de una escalera
Se abre el telón. Una escalera vieja, de vecindario humilde, opresiva, angustiosa y con una resiganción fatalista. El juglar se convierte en Fernando prometiendo un futuro mejor a Carmina. Las cuatro puertas esperan abrirse para asomar otro personaje atrapado en su pobre destino. Con el paso de los años, la esperanza es esclavizada a subir y bajar esa escalera que cada vez es más decrépita y oscura.
Al principio, nos resistimos a creernos la tristeza, y conforme avanzan los actos, también somos vecinos atados a la escalera, con la intensa alegría y la aceptada impotencia.
Baja el telón. Todos aplaudimos, dejados llevar por el torbellino de sentimientos encontrados.
Sube de nuevo el telón, para que salga el reparto a recibir la ovación, y observo a nuestro lado otra pareja, pertenecientes a un acto posterior, que se quedan con las manos unidas en un aplauso perpetuo, con la mirada soñando en otro acto anterior. Ellos son los últimos Carmina y Fernando. Nosotros aplaudimos convulsos, a trozos, porque descubrimos que el amor era verdadero, porque aunque el destino de la escalera nos alejó, la declaración incondicional en la escalera fue sincera. Por eso, años después de esa arrodillada, Carmina, en vez de llamar embaucador a Fernando, lo llamó simplemente cobarde.
Al principio, nos resistimos a creernos la tristeza, y conforme avanzan los actos, también somos vecinos atados a la escalera, con la intensa alegría y la aceptada impotencia.
Baja el telón. Todos aplaudimos, dejados llevar por el torbellino de sentimientos encontrados.
Sube de nuevo el telón, para que salga el reparto a recibir la ovación, y observo a nuestro lado otra pareja, pertenecientes a un acto posterior, que se quedan con las manos unidas en un aplauso perpetuo, con la mirada soñando en otro acto anterior. Ellos son los últimos Carmina y Fernando. Nosotros aplaudimos convulsos, a trozos, porque descubrimos que el amor era verdadero, porque aunque el destino de la escalera nos alejó, la declaración incondicional en la escalera fue sincera. Por eso, años después de esa arrodillada, Carmina, en vez de llamar embaucador a Fernando, lo llamó simplemente cobarde.
4 comentarios
taro -
juglar103 -
taro -
Juglar y Mararia.
MARARIA -