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La Diferencia

No es un epitafio

No es un epitafio Si mañana muero, nadie continuará mi bitácora. Nadie sabe mi contraseña.

No creo que nadie lo sienta, pero supongamos que hablo de una de esas bitácoras hiperpopulares con un público hiperfiel. Incluso hay quien entiende a algún bitacorero como a un amigo de verdad. Puede haber personas que sientan el cierre de una bitácora.

Quizá se debiera pensar en crear un sistema de testamentaría virtual, y que ante la inactividad de un blog, transmitiera los archivos y contraseñas del mismo al heredero virtual designado por el bitacorero desaparecido. El caso de los weblogs grupales salvan este obstáculo, manteniendo mejor el concepto vivo del proyecto.

En mi caso, la bitácora que perpetro es el proyecto más vivo que he emprendido. Cuando compongo canciones o cuando intento escribir lo-que-sea, no tengo esa sensación. Cada canción, por ejemplo, tiene su momento: se gesta, se perfecciona, se da por terminada, se toca y al final aburre o se entremezcla tanto con recuerdos que se melancoliza.

Sin embargo, la bitácora es dinámica, es real, es interactiva y tiene lectores de increible calidad, comprensión y paciencia. La tengo que escribir siempre que puedo, porque nos debemos la vida. Y si mañana muero, me gustaría que alguien se pregunte dónde anda el juglar y su diferencia. Sé que este sentimiento que ahora desprendo es una soledad extraña difícil de curar.

6 comentarios

taro -

Por favor trux. Cualquiera te niega nada.

trux -

ups que emocion!!..a becker lo leia en la casa de mi abuela cuando tenia 8...y como no me quiso regalar el libro ya un poco mas de grande (15) se lo robe..:)
en cuanto a lo de las bitacoras..he visto y sentido morir un par !! no me imagino como sera que se muera el creador..no nos enterariamos creo..es triste...

juglar103 -

Tranquila, aquí esta el juglar:

"Al ver mis horas de fiebre
e insomnio lentas pasar,
a la orilla de mi lecho,
¿quién se sentará?

Cuando la trémula mano
tienda próximo a expirar
buscando una mano amiga,
¿quién la estrechará?

Cuando la muerte vidrie
de mis ojos el cristal,
mis párpados aún abiertos,
¿quién los cerrará?

Cuando la campana suene,
si suena en mi funeral,
una oración al oirla,
¿quién murmurará?

Cuando mis pálidos restos
oprima la tierra ya,
sobre la olvidada fosa,
¿quién vendrá a llorar?

¿Quién en fin al otro día,
cuando el sol vuelva a brillar,
de que pasé por el mundo
quién se acordará?"

Gracias por la referencia.

Ra -

Pareces Becker..., me recuerdas un poema que escribió ( no me preguntes ni cuál ni cuándo...) en que exclamaba su triste idea de no ser recordado el día en que muriera... Creía que nadie le recordaría, ni a él ni a su poesía...
Las historias (y el pensamiento humano) son recurrentes..., nos siguen importando las mismas cosas de antaño..??

Si lo tuviera conmigo, te lo recitaría...

taro -

No me importaría ser su albacea.

Sefarad -

No sé bien quien sigue a quien, de hecho cuando alguien o mejor dicho, cuando decido escribir es porque siento una necesidad de hacerlo, a veces incluso se convierte en una especie de confesión íntima, otras veces se hace partícipe a personas anónimas de algo que te sucedió e incluso les invitas a participar de tu dicha a través de una película por ejemplo. Así que si alguien te sigue FIELMENTE, el día que muera tu bitácora, morirá algo en esa persona, aunque sea por un tiempo. ASÍ QUE PROHIBIDO MORIR, no hagas morir a los demás.