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La Diferencia

Mi autobiografía

Mi autobiografía Con 25 años consideré que mi vida era había resultado muy interesante hasta ahora y mi mente empezaba a no poder abarcarla con la suficiente seguridad, por lo que decidí empezar a escribir mi autobiografía.

Me explayé en la descripción del contexto histórico que me produjo. Recogí los miedos y las fantasías de la infancia. También las inquietudes y los desenfrenos de la adolescencia. Tan fácil y agradable me resultaba escribir mi historia... Era como si alguien me fuera dictando al oído un frenético cuento que nunca había sido contado entero. Solo breves versiones.

Tanto me obsesionó el proyecto que a la altura de comenzar a describir los primeros amores, dejé mi trabajo y mi vida social para dedicarme por entero a mi obra. Escribía a todas horas y casi no dormía ni comía.

Cierto día tuve un temor: empezaba a acercarse la historia al presente actual y por lo tanto debía terminar de escribir. Esa idea me produjo tal ansiedad que empecé a extenderme más en los detalles de los momentos vividos para retrasar el fatídico final. Pero llegó el momento. El pasado alcanzó al presente. Mi reacción fue relatar minuciosamente lo que me acontecía cada día, como un agónico diario. Pero como no salía prácticamente de mi cuarto para no interrumpir la neurótica escritura, no había nada interesante que contar. Todo eran nimiedades y desvaríos mentales varios.

No sabría decir cómo ni por qué, pero un día mi texto aceleró nuevamente su ritmo, traspasando el umbral del presente y sumergiéndose vigorosamente en mi futuro. Me sentía igual que cuando escribía sobre mi pasado. Los hechos y sentimientos venían a mi mente como si fueran recuerdos. Y así continué hasta llegar al momento de mi muerte a los 37 años, en accidente de tráfico, durante un viaje a Soria. Paré de escribir.

Rehice mi vida con mucho esfuerzo. Y nunca volví a leer lo que había escrito en esa etapa de mi vida. Intenté borrarla de mi cabeza, y casi lo conseguí. Casi.

Mañana salgo a visitar a un cliente, cuya empresa está cerca de Soria. Y mañana también será el día de mi cumpleaños. Cumpló 37.

No me encuentro nada bien.

6 comentarios

Malaa -

jé, qué absurda alegría leer ésto después de haber leído tus post más actuales, tú sí que sabes, despistando al destino, ya sí que tengo pruebas de que ese es un despistao, jajaj! ké blog tan chulo ;)

juglar103 -

Quizá debiera comentarles que no soy todo lo sincero que me creen. Acaso no oyeron hablar del realismo mágico?

Sory -

Vaya !...me has dejado un poco asi...(asi que imagino como te sientes tú), pero tranquilo...verás como el viaje se te da bien, al fin y al cabo sólo fueron pensamientos que escribiste hace tiempo.
Ah !... Muchas Felicidaes !!! :)

taro -

Juglar. Creo que convendría que ambos dijéramos que el destino no existe. Mas bien la suerte. Y por la suya no se preocupe. Nezumi mañana monitoriza su viaje para que sea de lo más placentero y tranquilo. Por cierto tenemos la misma edad. ¡Felicidades! para usted, para mí y para Aura.

juglar103 -

Tranquila, creo que iré dando un rodeo por el camino más largo. Para ver si así despisto al destino.

Aura -

Ánimo, Juglar, que en la vida no hay nada pautado. Las cosas suceden por azar y el destino nos lo creamos nosotros. Feliz cumpleaños, te gano en unos pocos meses. Besos, Aura